109ª Asamblea del Episcopado Mexicano

Por Mons. Luis Martín Barraza Beltrán
En la semana del 9 al 13 del presente se llevó a cabo la asamblea de los obispos mexicanos, vía Zoom, con la participación de unos 130 obispos, de las 18 arquidiócesis, 71 diócesis, 4 prelaturas territoriales y 2 eparquías. El objetivo fue encontrar formas de acompañar al pueblo de México en su dolor, para abrazarlo mirándolo con ojos de pastores, especialmente a los afectados por la pandemia de COVID-19.
Iluminados, entre otros textos, por el de la parábola del Buen Samaritano (Lc 10,25-37), que el Papa Francisco comenta en su encíclica Fratelli tutti (56-86), se nos invitó a crear una cultura que nos oriente a superar las enemistades y a cuidarnos unos a otros: «Al amor cristiano no le importa si el hermano es de un lugar o de otro, ni de sus rasgos culturales o sus recursos económicos, porque el amor rompe todo aquello que nos separa y nos lanza a construir una gran familia, donde todos podemos sentirnos en casa».
A la pregunta: ¿Quién es mi prójimo?, Jesús responde con dicha parábola, en la cual subraya la actitud de interés, de cercanía y de apoyo efectivo de un samaritano hacia un hombre herido que encontró en el camino (se ocupó de él, le dedicó tiempo, lo curó con sus propias manos e incluso puso dinero en su bolsillo), en contraste con la actitud de los otros que, si bien ejercían funciones importantes, no tenían en el corazón el amor por el bien común.
Las Comisiones y Dimensiones han informado sobre sus actividades en este tiempo de pandemia y los proyectos hacia el futuro. Todas las Dimensiones y Comisiones tuvieron que suspender actividades presenciales que ya tenían programadas, a partir de finales de marzo. Pero a cambio, se multiplicaron las reuniones virtuales, tanto de organización como de formación. Algunos encuentros de formación fueron más concurridos que cuando eran presenciales. Algunas actividades fueron virtuales y presenciales a la vez.
Como ejemplo, la Dimensión Familia decía: «Se buscaron maneras de orientar y acompañar la vida familiar mediante la elaboración de documentos y subsidios psicológicos unos, y otros, en sintonía con el año litúrgico. Conferencias transmitidas por Facebook, elaboración de videos y la promoción de Centros de Escucha. Ofrecimiento de experiencias matrimoniales en tiempo de pandemia. Siempre anhelando la modalidad presencial».
Los que se movieron como pez en el agua en esto del mundo virtual fueron los jóvenes: «Pensar, orar, actuar, serán las pautas direccionales para enfrentar y vivir esta nueva coyuntura social y eclesial generada por la pandemia, buscando generar espacios de comunión con matices apropiados y con nuevas estrategias para jóvenes y adolescentes… Así surgen iniciativas planteando el uso de hashtags: #GeneracióndeEsperanza; #EnCristoSiempreJuntos; #PAJResponsable; #NuncaSolos; #MomentoDeGracia”.
Sin duda que una de las Comisiones que sobresale, porque atiende los estragos inmediatos de la pandemia, es la Pastoral Social, tanto para las consecuencias de la enfermedad como de la crisis económica. Escuchar que han entregado 213,188 despensas, con un valor de unos 42 millones de pesos; que han atendido 40,000 llamadas telefónicas de quienes solicitan ayuda física o emocional, o un empleo; que han donado medicamentos, kits de higiene, termómetros, cubrebocas y mascarillas, apoyado comedores; todo es digno de admiración y de invitación a la solidaridad.
Resuena en el corazón de los obispos, obviamente, el problema de la salud.