50 años de las Misioneras de la Pastoral Diocesana

BUENA NUEVA.- Las Misioneras de la Pastoral Diocesana compartieron algunas experiencias sobre su apostolado al periódico diocesano BUENA NUEVA, y pidieron a la comunidad tenerlas presentes en sus oraciones, con motivo de su 50º aniversario de fundación. 

Retos de la congregación

Los retos que más nos han marcado son: ser una congregación misionera, profética, comunitaria, solidaria y dar respuesta desde la luz del Evangelio a la pastoral de la Iglesia, siendo una congregación comprometida con la vida y atenta a los signos de los tiempos. 

Así mismo, los retos y cambios que implican la modernidad; estamos en un mundo cambiante en todos los sentidos, la tecnología, la modernidad, es complicado mantenernos a la vanguardia pastoral, en una realidad tan cambiante, esto nos exige creatividad en nuestro modo de evangelizar.

Foto: archivo BUENA NUEVA.

Una congregación misionera

Nuestra congregación inició en la evangelización en las comunidades ejidales, nuestro fundador pensó que atendiéramos toda la zona rural porque se contaba con muy pocos sacerdotes, en su mente pensó que nos quedáramos solo en Torreón pero a partir de 1977, cuando se celebró el Primer Congreso Latinoamericano en la Ciudad de Torreón, se decidió que buscáramos misión en otros lugares. Los congresos se realizan cada cuatro años en un país diferente de América Latina.  

La finalidad de estos congresos es:

  • Anunciar a Cristo, vida y esperanza de la humanidad.
  • Profundizar en la dimensión misionera de la fe.
  • Asumir la responsabilidad misionera ad gentes.
  • Proponer actividades misioneras a nivel continental.
  • Celebrar el envío de misioneros ad gentes.
  • Promover la animación, formación y organización misioneras.
  • Participar en la celebración del ardor misionero, la religiosidad del pueblo y la vida de los mártires.

Después de esto, nuestro fundador tomó conciencia de que la Iglesia es misionera y por lo tanto la congregación también era misionera al servicio de la Iglesia universal desde las iglesias locales que son las diócesis, donde colaboramos en sus parroquias dentro de la pastoral. 

La falta de vocaciones

Estamos retomando los desafíos de nuestro mundo buscando formas nuevas de responder en la pastoral diocesana, un reto es no quedarnos solo en lo espiritual sino buscar dar una atención integral que promueva a los agentes de pastoral, que generen comunidades y sujetos de su propia transformación. 

Y desde ahí impulsar la Pastoral Vocacional más atrayente a las jóvenes de hoy. Es un reto nuestro carisma, y el vivir pobres con los pobres no es fácil para las jóvenes, ya que el mundo les ofrece muchas cosas superfluas como el consumismo, el placer desenfrenado, el individualismo y la falta de valores que no ayudan a vivir la vida comunitaria dentro de una congregación religiosa. 

Por otra parte, buscamos fortalecer nuestro ser como consagradas, vivir una vida coherente y seguidora de Jesús con alegría y servicio entregado, para que nuestra manera no solo de hablar sino de vivir sea atractiva a quienes les llama la atención la vida religiosa. Ya no estamos para pacíficamente dar solo retiros sino que hay que ir a donde están, mostrándoles lo que somos y hacemos.

Cómo afrontan la pandemia por COVID-19

Algo que a nosotras nos está ayudando es el unirnos en oración y apoyo moral, no tener miedo, buscar información de fuentes serias, no ver tanta tele, y sobre todo el ayudarnos a cuidarnos, hacer ejercicio, comer más nutritivo, quitar la comida chatarra, buscar medicina alternativa para afrontar esa enfermedad ya que tres hermanas de nuestra congregación se contagiaron de COVID-19. Fue difícil recuperar la salud, todavía estamos cuidándonos. 

Algo muy importante desde el ejemplo de las primeras comunidades ha sido solidarizarnos y compartir desde nuestra pobreza lo que Dios nos regala por su gran amor con las personas más necesitadas y sobre todo con las casas misión de nuestras hermanas de la congregación. Solo la fe en Dios, la esperanza y la caridad son lo que nos ayuda a salir de estas situaciones, es muy doloroso perder a seres queridos y amistades cercanas por esta enfermedad. 

Pensar que si yo estoy bien también es una manera de cuidar al otro, valorar la vida que Dios nos dio a cuidar, ver al otro como un reflejo de Dios que me pide ser responsable de Él. Ahora debemos valorar y cuidar la vida, pues es responsabilidad de todos y todas, Dios nos la dio para eso, para cuidarla y valorarla, no solo la mía sino también la de los demás.

¿Cómo vivirá la congregación esta acción de gracias y qué mensaje les envían a los fieles que las han apoyado durante estos 50 años?

Desde nuestra realidad que vivimos agradecemos a Dios este caminar junto a nosotras y así como siempre hemos buscado su voluntad en todo momento, seguirá siendo igual. Gracias a todos y todas los que nos han acompañado, que Dios bendiga abundantemente su ser parte de nuestro caminar.

Para nosotras es muy significativo el que en nuestro aniversario se diera en este acontecimiento de la pandemia, nos sentimos invitadas a descubrir los llamados que Dios nos hace y ver cómo va a ser nuestra respuesta en la misión como Misioneras de la Pastoral Diocesana en los lugares donde nos encontramos. 

Foto: archivo BUENA NUEVA.

En qué trabajan actualmente las Misioneras de la Pastoral Diocesana

Actualmente estamos trabajando en varios lineamientos y retos internos y un proyecto desde nuestro Carisma que dé una  respuesta a los signos de los tiempos en y para la misión  en los lugares donde fuimos enviadas y descubrir los caminos por donde Dios nos está llamando.

Otro  de los retos no menos importantes es cómo vamos a solventar las necesidades económicas de la Congregación y la falta de vocaciones que vivimos hoy.