Diócesis se prepara para celebrar Semana de Oración
Un pueblo cristiano renovado y enriquecido, camina con unidad
BUENA NUEVA.- La Diócesis de Torreón se prepara para celebrar la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, a efectuarse del 18 al 25 de enero. El lema de este año es: «Nos trataron con una solicitud poco común» (He 28,2).
Miguel Valdés Villarreal, activista e integrante de Laguneros Por la Paz, informó que en esta semana las parroquias de la Diócesis de Torreón adecuarán horarios especiales para pedir por la unidad de los cristianos.
Por su parte, el señor obispo Luis Martín Barraza Beltrán estará realizando una oración especial y compartiendo algunas reflexiones en torno a la Semana de Oración, en el Salón Anexo de la Catedral de Nuestra Señora del Carmen, el sábado 18 a las 6:00 de la tarde.
Valdés Villarreal, quien en los últimos años se ha acercado a la Diócesis de Torreón para organizar las actividades, explicó que este ejercicio de oración se viene realizando desde hace 52 años con la Comisión Fe y Constitución del Consejo Mundial de Iglesias de Cristianos.
Por su parte, cada año el Papa Francisco impulsa a la Iglesia universal a sumarse a esta oración. «Como pueblo santo de Dios, también nosotros estamos siempre próximos a entrar en el Reino que el Señor nos ha prometido. Pero, al estar divididos, tenemos que recordar la llamada a la justicia que Dios nos dirige.
»Incluso entre los cristianos existe el riesgo de que prevalezca la lógica conocida por los israelitas en la antigüedad, es decir, que buscando acumular riquezas, nos olvidemos de los débiles y necesitados. Es fácil olvidarse de la igualdad fundamental que existe entre nosotros: que en el principio todos éramos esclavos del pecado y el Señor nos salvó en el Bautismo, llamándonos hijos suyos.
»Es fácil pensar que la gracia espiritual que se nos ha dado es una propiedad nuestra, algo que nos corresponde y nos pertenece. También es posible que los dones recibidos de Dios nos vuelvan ciegos para ver los dones dados a otros cristianos. Es un grave pecado empequeñecer o despreciar los dones que el Señor ha dado a otros hermanos, creyendo que no son de alguna manera privilegiados de Dios», señaló el Papa Francisco con motivo de esta celebración en 2019.
Los dones se ponen a disposición y se comparten
El mismo Obispo de Roma ha recalcado que el culto que corresponde a ese Reino, el culto que reclama la justicia, es una fiesta que incluye a todos, una fiesta en la que los dones recibidos se ponen a disposición y se comparten. Para dar los primeros pasos hacia esa tierra prometida que es la de nuestra unidad, ante todo debemos reconocer con humildad que las bendiciones recibidas no son nuestras por derecho, sino por un don, y que nos han sido dadas para que las compartamos con los demás. En segundo lugar, tenemos que reconocer el valor de la gracia concedida a otras comunidades cristianas. Como consecuencia, nuestro deseo será el de participar en los dones de los demás. Un pueblo cristiano renovado y enriquecido por este intercambio de dones será un pueblo capaz de caminar con paso firme y confiado por el camino que conduce a la unidad.
¿Realmente se llegará a la unidad entre los cristianos?
Miguel Valdés señala: «Pensemos ¿cómo podrá llegar a ser? A veces pensamos que tenemos que llegar a fundirnos en un solo esquema, mas Jesús nos explica que lo importante es el amor, y especialmente hacia quienes están en condiciones más desfavorables. Jesús explica que el samaritano (Lc 10,30) no se hizo judío, y sin embargo amó al tirado a la orilla del camino, cosa que no hicieron ni el levita ni el sacerdote.
»Jesús lo enfatiza radicalmente cuando señala que entrarán al Cielo quienes dieron de comer al hambriento (Mt 25,34), quienes consolaron al triste, quienes abrieron su acción hacia los necesitados.
»Jesús nos muestra que la unidad es en el amor. Podemos unirnos los cristianos sin hacernos todos de la misma “religión”.
»Nuestra petición a Dios puede verse en varios niveles: pedirle que cambie nuestro corazón para que estemos dispuestos a la unidad, sin rechazar a los otros e incluso que podamos ser comprensivos si a otros se les dificulta; pedirle que más personas nos unamos para apoyar a los más necesitados; y pedirle que los diferentes cristianos podamos vernos con amor y comprensión».