Don José Guadalupe, pleno y feliz en La Laguna
Celebrará aniversario episcopal
BUENA NUEVA.- Pese a que nació en Cadereyta Jímenez, Nuevo León y, en primera instancia prestó su servicio episcopal en Ciudad Valles, San Luis Potosí, el obispo emérito de la Diócesis de Torreón, don José Guadalupe Galván Galindo se declara lagunero de corazón.
Amante de las reliquias (asado rojo y siete sopas), la carne asada y el fútbol, «don Lupito» tiene una vasta trayectoria sacerdotal y episcopal, que en esta Diócesis rindió frutos.
Impulsó la creación de la etapa teológica en el Seminario de Torreón, apoyó el Plan Diocesano de Pastoral, erigió parroquias y bendijo capillas nuevas en sectores alejados. Además visitó la mayoría de las comunidades ejidales de los cinco municipios que conforman la Comarca Lagunera, entre otras cosas.
Con casi 78 años de vida, Mons. Galván Galindo continúa activo, celebrando misas en la Parroquia San Pedro Apóstol en Torreón, así como en la Parroquia Cristo Rey, entre otras celebraciones que le son encomendadas por el cuarto obispo de Torreón, Mons. Luis Martín Barraza.
Don Luis Martín invita a la celebración
En una circular emitida a parroquias y capellanías de la Diócesis, don Luis Martín, obispo de Torreón, invita a los feligreses a que acudan a la santa misa de acción de gracias por el 25o aniversario episcopal del obispo emérito.
«Será esta una oportunidad de sentir la alegría de ser Iglesia diocesana apacentada por Jesucristo Buen Pastor, en comunión con otras Iglesias particulares en la presencia de los obispos, sacerdotes y laicos que nos visitarán.
»Agradecemos de antemano a don José Guadalupe el compartir su fiesta con todos nosotros y le ofrecemos nuestras oraciones, para que el Buen Pastor lo siga colmando de su alegría y caridad pastoral», compartió el padre obispo en el comunicado.
Mi familia son ustedes: Mons. José Guadalupe
A los ocho años, don José Guadalupe fue monaguillo, y desde pequeño sintió que el sacerdocio era lo suyo. Tuvo la oportunidad de ser nombrado obispo por el Papa Juan Pablo II, ahora santo, con quien incluso llegó a concelebrar la Eucaristía.
Ya como obispo en Ciudad Valles, tuvo contacto con la comunidad indígena, de quienes destacó el respeto que le tienen a las personas mayores, a quienes consideran gente experimentada y sabia.
Una vez que fue removido a la Diócesis de Torreón se adaptó a la religiosidad popular de las comunidades, sobre todo de los ejidos. Participó de sus fiestas patronales celebrando los santos sacramentos de iniciación cristiana. Se acercó a su presbiterio y apoyó a las pastorales, grupos y movimientos parroquiales.
Don José Guadalupe dijo sentirse agradecido con Dios Padre, pleno y feliz en su próximo aniversario episcopal, y espera estar rodeado de la grey católica lagunera, compartiendo con él de una verbena popular en la que se expondrán los platillos típicos de la región: burritos, gorditas, reliquia, etcétera.