¿Dónde vamos?
Por: Mons. Luis Martín Barraza Beltrán
Si en este momento me preguntaran ¿cuál es el Plan Pastoral de la Diócesis?, les diría que el plan es evangelizar. Por el momento evangelizamos en torno a los sacramentos, teniendo cuidado de que no se reduzca la misión a la sola celebración sacramental. Que los procesos evangelizadores, de hecho, estén en función de los sacramentos condiciona mucho dichos procesos. Lo ideal sería que estuvieran en función de iniciar a la vida cristiana, que partiendo de una experiencia kerigmática de conversión, se profundizara en la catequesis y se celebrara en los sacramentos. La experiencia de conversión inicial es muy importante, de otro modo no hay nada qué cultivar ni qué celebrar.
El domingo pasado, escuchábamos en el Evangelio que Jesús, al inicio de su misión, invitaba a la conversión: «Conviértanse porque está llegando el Reino de los Cielos» (Mt 4,17). Al anuncio gozoso del Reino de los Cielos como solución de todas las inquietudes del ser humano debe corresponder un acto de conversión. Y aquí conversión significa, en primer lugar, pasar de la incredulidad a la fe. Tal vez esto es lo más importante de los procesos de iniciación cristiana: suscitar y verificar la fe, porque el cristiano no nace, sino que se hace. Y sobre todo en estos tiempos donde existe un proceso de enfriamiento en la fe. Esto reclama el anuncio misionero porque se trata de sembrar la semilla de la fe donde no la hay. Si esto se logra, vendrá necesariamente la conversión ética, de obrar mal a obrar bien.
Lograr tener buenos procesos de iniciación cristiana, es ya un buen Plan de Pastoral. De hecho es con lo que más se identifica la misión de la Iglesia: bautizar, dar misas, confirmar y confesar. Estamos buscando cómo establecer procesos evangelizadores misioneros, iniciadores y comunitarios. Aprovechando que la gente todavía busca los sacramentos de iniciación, queremos servirles la vida nueva en Cristo y no solamente el cumplimiento de una tradición cultural o social. Nos dice el Directorio General para la Catequesis que todos estos procesos se llevan a cabo mediante la catequesis y la liturgia íntimamente. La transmisión del mensaje se enriquece y sostiene con ritos y celebraciones, se integra con ejercicios ascético-penitenciales, encuentra testimonio y apoyo en el acompañamiento de la comunidad eclesial y de la familia para convertirse en auténtica escuela de vida cristiana (DGC, 89-91). Ahí la llevábamos.
Al mismo tiempo, seguimos apropiándonos de la Metodología Prospectiva para elaborar nuestro Plan de Pastoral en estricto sentido. Con dicho Plan buscamos que la identidad cristiana que nace en la iniciación, se proyecte en la vida cotidiana. No se trata solo de responder a la necesidad religiosa, sino de ayudar a hacer presente el Reino de Dios en todas las realidades humanas.
En diálogo con la Vicaría de Pastoral y el Colegio de Decanos, hemos decidido continuar el estudio de la Metodología por decanatos, con la intención de que se haga una experiencia de ella y ayude a la integración de los decanatos. No se tratará solo de aprendizaje teórico para después ponerlos en práctica, sino que, haciendo la experiencia de Iglesia-comunión, después se ofrezca a los laicos. De tal manera, los frutos los iremos viendo en la reactivación de los decanatos en función de su finalidad propia, que es la animación de la pastoral.