Importante que la familia se acerque a Dios mediante la oración

BUENA NUEVA.- Durante el mes de octubre, parroquias y capellanías de la Diócesis de Torreón llevaron a cabo una semana de trabajos orientados al tema de la familia. El objetivo fue que todos los miembros de la familia y quienes la apoyan moral y espiritualmente (entre ellos sacerdotes), estén conscientes de la realidad en la que se encuentra el núcleo familiar, y de esta forma asumir los retos y desafíos que se presentan.
La Semana de la Familia fue organizada por la Dimensión Familia de esta Iglesia particular, a cargo del Pbro. Javier Gómez Orozco. El obispo de Torreón, Luis Martín Barraza Beltrán, impulsó la actividad con la intención de que se continúe trabajando en dar una respuesta a problemáticas como: divorcios, pérdida de valores, suicidios, etc., y de esta forma la Iglesia diocesana ofrezca medidas concretas para contrarrestar la situación.
Los trabajos concluyeron el domingo 27 de octubre con una jornada diocesana que se efectuó en el Auditorio de Centro Saulo, de 9:00 de la mañana a 2:00 de la tarde. Se destacó la presencia del Pbro. Óscar Lomelín Blanco, quien es el encargado de la Dimensión Familia en la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM). El sacerdote impartió la conferencia: «La Pastoral Familiar a la luz de la Redención y del acontecimiento guadalupano».
Después, el obispo Luis Martín celebró una santa misa en la que pidió a los creyentes acercarse a Dios por medio de la oración. El obispo explicó el Evangelio de ese día, en el que se aborda la historia del fariseo y el publicano.
¿De qué trató el Evangelio de ese día?
«”El fariseo oraba así en su interior: ‘Dios mío, te doy gracias porque no soy como los demás hombres: ladrones, injustos y adúlteros; tampoco soy como ese publicano’. El publicano, en cambio, se quedó lejos y no se atrevía a levantar los ojos al cielo. “Lo único que hacía era golpearse el pecho, diciendo: ‘Dios mío, apiádate de mí, que soy un pecador’”» (cfr Lc 18,9-14).
La oración del fariseo, aunque formulada como acción de gracias, parece más bien pedir que Dios confirme que él no es como los demás hombres, y que su piedad religiosa es excepcional.
La justicia del fariseo está construida con los propios recursos, presume de ella ante Dios, en vez de recibirla de Él. En lugar de hacer examen de conciencia que lo convertiría en un pobre ante Dios, hace el examen de autocomplacencia.
El publicano, por el contrario, tiene el buen gusto de ir al templo para acusarse a sí mismo, no para juzgar a los demás. Si el fariseo oraba desde su arrogancia, el publicano lo hacía desde el corazón humillado: «Dios mío, apiádate de mí, que soy un pecador», decía. Referencia: CEM.
Datos que se abordaron durante la jornada
La Iglesia enseña que la familia es uno de los bienes más preciosos de la humanidad, porque forma parte del plan de Dios para que todas las personas puedan nacer y desarrollarse en una comunidad de amor, ser buenos hijos de Dios en este mundo y participar en la vida futura del Reino de los Cielos: Dios ha querido que los hombres, formando la familia, colaboren con Él en esa tarea.
¿Por qué a veces parece tan difícil de cumplir la voluntad de Dios sobre el Matrimonio?
Adán y Eva pecaron desobedeciendo a Dios y desde entonces todos los hombres nacen con el pecado original. Este pecado y los que comete cada persona hacen difícil conocer y cumplir la voluntad de Dios sobre el Matrimonio. Por eso Jesucristo quiso venir al mundo: para redimirnos del pecado y para que pudiéramos vivir como hijos de Dios en esta vida y alcanzar el Cielo. Hacen falta la luz del Evangelio y la gracia de Cristo para devolverle al hombre –y también al matrimonio y a la familia– su bondad y belleza originales.
¿Qué consecuencias tiene para toda la sociedad no cumplir el plan de Dios sobre la familia y el matrimonio?
Cuando la infidelidad, el egoísmo y la irresponsabilidad de los padres respecto a los hijos son las normas de conducta, toda la sociedad se ve afectada por la corrupción, por la deshonestidad de costumbres y por la violencia.
¿Cuál es la situación de la familia en nuestra sociedad?
Los cambios culturales de las últimas décadas han influido fuertemente en el concepto tradicional de la familia. Sin embargo, la familia es una institución natural dotada de una extraordinaria vitalidad, con gran capacidad de reacción y defensa. No todos estos cambios han sido perjudiciales y por eso el panorama actual sobre la familia puede decirse que está compuesto de aspectos positivos y negativos.
Además, la Dimensión Familia señaló de modo resumido una equivocada concepción de la independencia de los esposos; defectos en la autoridad y en la relación entre padres e hijos; dificultades para que en la familia se transmitan valores humanos y cristianos, creciente número de divorcios y de uniones no matrimoniales; el recurso fácil a la esterilización, al aborto y la extensión de una mentalidad antinatalista muy difundida entre los matrimonios; condiciones morales de miseria, inseguridad y materialismo; la emergencia silenciosa de gran número de niños de la calle fruto de la irresponsabilidad o de la incapacidad educativa de sus padres; gran cantidad de personas abandonadas por falta de familia estable y solidaria; también podemos señalar el alcoholismo y la drogadicción como factores que destruyen familias.