Maestros: aprender a enseñar

COLUMNA VERTEBRAL

Por: Juan Ceballos Azpe

La realidad de la labor magisterial, que ya de por sí enfrentaba irregularidades, deficiencias y corrupción, así como una falta de vocación y capacidad de un gran número de profesores, se ha visto agravada con la pandemia que tomó desprevenido a un porcentaje importante de maestros ignorantes de las tecnologías de la información. El maestro, que debería ser el centro del sistema educativo, ha sido desplazado por el sindicato, por la burocracia y por las autoridades magisteriales, cuyos objetivos, en su mayoría, son más políticos que pedagógicos y didácticos. El panorama luce aún más sombrío con el gobierno actual, que se percibe más interesado en formar masas ignorantes y acríticas, que en educar a los niños y jóvenes, proporcionándole los elementos esenciales para integrarse a la vida moderna y participar en el proceso de la vida regional y nacional como ciudadanos activos, responsables y libres.

¿Pero cómo va a ser posible lograrlo si los mismos profesores, en su mayoría, no lo son? De ahí la necesidad de crear una nueva conciencia en el magisterio: fomentar en ellos los valores que han quedado ausentes, como la pedagogía orientada hacia la libertad y la formación autónoma del individuo. Es indispensable en una sociedad moderna formar ciudadanos pensantes, autónomos y críticos; por desgracia, la pedagogía oficial del actual sistema educativo no ha inculcado estos principios. Al estudiante mexicano se le ha enseñado a repetir datos y cifras, pero no a PENSAR; a memorizar, pero no a razonar; a aprender nombres y fechas, pero no a contextualizar; a “machetear” determinadas materias, pero no a analizar.

¿Y cómo se pretende que los niños y jóvenes estudiantes aprendan a pensar, a razonar, a contextualizar y a analizar, si la mayoría de los profesores no saben hacerlo?  La educación debe formar ciudadanos autónomos y críticos, que tengan capacidad para luchar por sus derechos y, al mismo tiempo, para cumplir con sus obligaciones. El sistema educativo es factor esencial para el progreso y desarrollo. Y el centro de la educación es el maestro, pero lamentablemente muy pocos pueden ser llamados de esta forma. De ahí que el magisterio tiene la gran responsabilidad de enfrentar el reto que le depara la nueva década y que debe ser la COLUMNA VERTEBRAL del cambio: transformar a fondo y renovar el sistema de enseñanza mediante una nueva actitud y mentalidad que se vean reflejadas en el nivel de preparación de las nuevas generaciones, lo que debe implicar necesariamente para la gran mayoría de los profesores: aprender a enseñar. ¿No lo cree usted así…? ¡Ánimo!