Mucha oferta universitaria y poca demanda laboral
COLUMNA VERTEBRAL
Por Juan Ceballos Azpe
Preocupa –y más debería ocupar– el problema del gran número de profesionistas recién egresados que se ven en la necesidad de emplearse de taxistas o en el comercio informal porque no pueden encontrar acomodo en el mercado de trabajo de nuestra comarca. En décadas recientes se realizó un esfuerzo de las autoridades educativas para balancear las vocaciones profesionales de los jóvenes mediante su incorporación a carreras científicas y tecnológicas para adecuar la oferta educativa a los nuevos tiempos de libre comercio y globalización económica; sin embargo, aún existe entre los padres de familia la tendencia a aspirar a tener en la casa un «licenciado», de lo que sea, pero licenciado, aunque después se enfrente al grave problema de desempleo porque la demanda de profesionistas de ese ramo es mínima o de plano nula.
México es todavía un país de jóvenes, y las autoridades educativas han reconocido que, de cada 100 niños inscritos en educación primaria, solo dos logran egresar con un título profesional. Imagine usted si realmente hubiera oportunidades para todos, el caos que representaría el alto grado de saturación profesional. Nuestra región se podría considerar privilegiada por la gran cantidad de instituciones de educación superior que aquí existen. Pero la falta de planeación y programación de carreras, de acuerdo con las necesidades laborales y la oferta de trabajo, está tornando esa situación de privilegio en un grave problema cuyas consecuencias ya se empiezan a resentir en un elevado número de profesionistas desempleados.
La Laguna, para resultar más atractiva a los inversionistas, requiere una mayor cobertura de carreras técnicas que permitan a los industriales contar con mano de obra calificada y a los egresados obtener empleos bien remunerados. La actitud de cambio es la COLUMNA VERTEBRAL del siglo XXI, y para ello se deben romper paradigmas que en la actualidad ya no funcionan, máxime que en 20 años el 80% de las carreras actuales ya no existirán; de ahí la necesidad de promover programas didácticos en los que los jóvenes puedan acceder a una educación distinta a la tradicional, para que la región y el país cuenten con los profesionales y técnicos en las ramas de la productividad que tienen mayor demanda. Para ofrecer verdaderas oportunidades de crecimiento, es necesario vencer la resistencia al cambio mediante la confluencia de fuerzas y criterios por parte de autoridades gubernamentales, universidades y sector empresarial y laboral. De lo contrario, habremos de sufrir las consecuencias de un crecimiento demográfico y económico desordenado por el desfase cada vez mayor entre la oferta universitaria y la demanda laboral. ¿No lo cree usted así…? ¡Ánimo!