Padre Luis Valdez dejará de prestar sus servicios en la Diócesis de Torreón

BUENA NUEVA.- Por indicación de la Conferencia de Provinciales de América Latina y el Caribe (CPAL), el sacerdote Luis Valdés Castellanos S.J. dejará de prestar sus servicios en la Diócesis de Torreón, pues ahora formará parte del equipo de la CPAL bajo el nombramiento de delegado para la formación.  

Su misión la asumirá en enero de 2021, cuando pase a vivir a Perú. El padre Luis Valdez es actualmente párroco de la Parroquia San Judas Tadeo, uno de los templos con mayor devoción entre los laguneros. Además de su labor pastoral, el sacerdote apoya las causas sociales, ayudando al Centro de Día para Migrantes y al Centro de Derechos Humanos Juan Gerardi. 

Sobre el padre Valdez Castellanos 

Nació en Guadalajara, Jal., y estudió con los jesuitas en el Instituto de Ciencias. Al terminar la preparatoria entró a la Compañía de Jesús. Ahí pronto tuvo la oportunidad de vivir con personas campesinas y de colonias populares. 

Descubrió un mundo nuevo que enriqueció mucho su visión de la vida y de las personas. También el trabajar con personas sencillas con baja escolaridad, fue el reto que le ayudó a desarrollar su capacidad de expresarse con claridad y sencillez al exponer sus conocimientos. 

Luis Valdez Castellanos, jesuita mexicano, nació el 31 de mayo de 1952, ordenándose como sacerdote el 4 de diciembre de 1982. Estudió las licenciaturas en Teología y Filosofía. Estudió una maestría en Desarrollo Humano.

Los trabajos que le han pedido sus superiores han sido muy variados, y esa diversidad le ha dado riqueza: 

  • Asesoramiento de cooperativas campesinas. 
  • Acompañamiento en Ejercicios Espirituales.
  • Encargado de centros de espiritualidad.
  • Encargado de un centro de universitarios. 
  • Formador de seminaristas jesuitas.
  • Párroco en parroquias populares. 
  • Profesor a nivel de maestría en la Universidad Iberoamericana.
  • Encargado de un centro de derechos humanos.
  • Asistente del provincial. 

Estudió la Maestría en Desarrollo Humano en la Universidad Iberoamericana de la Ciudad de México y esta experiencia fue definitiva por el cambio de vida y el autoconocimiento que inició, pues le ha permitido facilitar su desarrollo humano y el de los demás.

El sacerdote ha escrito varios libros: «Escribir los libros ha sido un gusto y atender a mi necesidad de compartir los caminos que me han llevado al crecimiento personal en: mi sexualidad/afectividad, en el perdón a mí mismo, en el manejo de las culpas, en revisar mi masculinidad, etc. Escribo para que otras personas puedan crecer, dar más de sí mismas y tener mejor calidad de vida».

Así mismo, ha señalado que «la vocación a la Compañía de Jesús y el sacerdocio, han sido una excelente oportunidad de desarrollar mis capacidades para dar y recibir mucha vida. Es un reto permanente ser sacerdote a la manera de Jesús, quien no vino a ser servido y sino a servir».