Por una Laguna más verde y más azul

COLUMNA VERTEBRAL

Por: Juan Ceballos Azpe

BUENA NUEVA.- El pasado fin de semana se celebraron dos efemérides importantes para los ecosistemas: el 21 de marzo, Día Internacional de los Bosques; y el 22, Día Mundial del Agua. Pero ¿qué tan conscientes somos de la situación que vivimos en una región semidesértica como la nuestra, en materia de áreas verdes y de los recursos hídricos? ¿Cuántos de nosotros creemos que el único bosque que tenemos es el Venustiano Carranza? ¿Cuántos saben que hay un bosque ripario en el Cañón de Fernández con ahuehuetes milenarios, y otro hermoso bosque con coníferas en la Sierra y Cañón de Jimulco? Muy pocos lo saben y menos aún los conocen. 

 Si bien no se puede hablar de déficit de áreas verdes en esta región, sí hay una falta de conservación de las mismas y, peor aún, una invasión de cemento y concreto, como se observa en el bosque Venustiano Carranza y en la Alameda Zaragoza, entre otros espacios. La problemática del agua es más compleja y variada: desde los altos niveles de arsénico en el líquido que se extrae del subsuelo debido a la explotación excesiva de los mantos freáticos para la actividad agropecuaria, hasta las fugas de agua potable y de aguas negras por las deficiencias en las líneas de conducción y la antigüedad de las tuberías y los drenajes.

 Y qué decir de la subutilización de las plantas tratadoras de aguas residuales de la región y la utilización de las reservas subterráneas de la burbuja hidráulica más pura del valle, para las operaciones de la termoeléctrica Guadalupe Victoria de Villa Juárez, que debería ser para consumo humano y que no está utilizando el agua tratada de la planta que se construyó exprofeso para abastecer de líquido a la termo. El problema de la escasez de agua empezó con la construcción de las presas, que acabó con las lagunas de Viesca, Mayrán y Tlahualilo, por las que esta región se conoce como la Comarca Lagunera, de la que hoy solo conserva el nombre, porque todas están secas.

 ¿Qué estamos haciendo para exigir a las autoridades de los tres niveles de gobierno las acciones pertinentes que frenen el deterioro del ecosistema? Solo se escuchan los gritos en el desierto de un puñado de ambientalistas e investigadores que alertan sobre las consecuencias de la irresponsabilidad oficial y de la indiferencia ciudadana, gritos que no llegan a los oídos de las autoridades, empeñadas en continuar tomando decisiones y ejecutando acciones que van en contra del medio ambiente, soslayando la importancia de privilegiar el amor y el respeto a la Madre Naturaleza, COLUMNA VERTEBRAL de una Laguna más verde y más azul.