Reciben ordenación sacerdotal en tiempos de pandemia

BUENA NUEVA.- Este 7 de noviembre, Mons. Luis Martín Barraza Beltrán, en una emotiva ceremonia, ordenó sacerdotes a ocho jóvenes para el servicio de la Iglesia. La celebración eucarística se llevó a cabo con la presencia de los decanos, párrocos y algunos sacerdotes de la Diócesis de Torreón y de la Diócesis de Saltillo; también estuvieron presentes los papás y familiares de los nuevos sacerdotes. Debido a la situación de pandemia que estamos viviendo, todos los asistentes pasaron por un filtro sanitario y las medidas que piden las autoridades de salud.

Al inicio de la Eucaristía, el señor obispo elevó una oración por el eterno descanso del padre Roberto Carlos Palacio Arrieta, que fue llamado a la presencia de Dios este viernes 6 de noviembre y reconoció la labor del personal médico y de enfermería de la Clínica 71 del Seguro Social, quienes con generosidad y entrega dieron cuidados médicos al padre Roberto. Saludó y oró también por la familia Palacio Arrieta, pidiéndole al Buen Pastor su consuelo en estos momentos de tristeza y dolor.

La comunidad diocesana se unió a esta ceremonia a través de la página de Facebook de la Diócesis de Torreón; atentos y participativos, enviaban mensajes de felicitación a los nuevos sacerdotes. Durante su homilía, Mons. Luis Martín comentó: «Estamos en una celebración donde serán constituidos como enviados, seguirán siendo discípulos, pero enviados, no es que se haya superado la prueba y se deje de ser discípulos y se pase a hacer exclusivamente apóstol, sin dejar de ser discípulos; serán profetas de las naciones, que irán donde el Señor los envíe, dirán lo que Él les ordene, la primacía es de la Palabra que nos prepara y es la que debemos anunciar, frente a ella no podremos nunca dejar de ser discípulos».

Al finalizar la celebración eucarística, los padres Ernesto, Hugo Daniel, Juan Alberto, Óscar Homero, Roberto, Víctor Miguel, Mario Alberto y Eduardo Alejandro, dieron la bendición al señor obispo y agradecieron a todos los asistentes sus oraciones y muestras de cariño por el don recibido de Dios. Los nuevos sacerdotes seguirán desempeñando su labor pastoral en las comunidades donde han venido sirviendo con anterioridad.

RL