Religiosas de clausura en constante oración durante esta pandemia

BUENA NUEVA.- Estar en cuarentena debido a la pandemia por COVID-19, para las religiosas de clausura, ha sido un proceso de constante oración. Las familias del mundo viven momentos difíciles, de estrés y ansiedad, por estar en confinamiento durante meses, y mientras las consagradas han estado rezando arduamente para que la contingencia sanitaria termine. 

La Diócesis de Torreón cuenta con tres congregaciones femeninas de clausura: Orden de Santa Clara (clarisas), Orden de la Visitación de María y Adoratrices Perpetuas del Santísimo Sacramento. 

Así como los párrocos en sus parroquias, las religiosas también se hacen cargo de pagar los impuestos de los lugares donde habitan y realizan su labor pastoral. Agua, luz, comida, entre otras cosas, son algunos de los gastos que tienen que cubrir para subsistir. 

Las madres clarisas cuentan con su monasterio (Nuestra Señora de los Ángeles) en la ciudad de Torreón. Para sobrellevar la pandemia, las religiosas trabajan en la realización de diversos productos que les permiten obtener ingresos y poder sostener el monasterio donde viven. 

Desde galletas hasta tamales, rompope y productos naturales, son algunas de las cosas que han estado vendiendo vía redes sociales. Del igual forma, transmiten la santa misa y el rezo del santo rosario por medio de su página de Facebook: Clarisas María de los Ángeles Torreón. En cada una de las intenciones se pide por el fin de la pandemia y por todos aquellas personas que padecen la enfermedad. 

Las madres de la Visitación de María, quienes tienen su monasterio sobre la carretera Torreón-Matamoros, son conocidas por fabricar hostias para consagrar, las cuales se utilizan en parroquias y capillas de esta Diócesis para el sacramento de la Comunión. Cuando las ventas son bajas en este sentido, se venden artículos religiosos, para poder hacer frente a los gastos que tiene la congregación. Así como las madres clarisas, las madres de la Visitación rezan día y noche por los enfermos del mundo y por aquellos que se contagiaron de COVID-19.  

Finalmente, las madres adoratrices, cuyo monasterio se ubica en el municipio de San Pedro de las Colonias, elaboran comida que posteriormente venden para poder costear los gastos del monasterio. Constantemente rezan el santo rosario y se encomiendan a la Santísima Virgen en sus diferentes advocaciones, pidiendo por la salud de todos los laguneros y por esas personas que a causa de la pandemia han perdido su empleo. 

Las tres congregaciones tienen claro que la oración es alimento que les da fuerza día con día, y que les permite estar más cerca del Señor.