Religiosas retomarán el valor de la vida consagrada
BUENA NUEVA.- El 12 de enero, de 9:00 de la mañana a 2:00 de la tarde, religiosas de la Diócesis de Torreón acudieron a un retiro, en preparación a la Jornada de Vida Consagrada que se vivirá el próximo 2 de febrero en la Parroquia San José, bajo el tema: «Los consejos evangélicos: pobreza, castidad y obediencia».
Durante la jornada del día 12, el señor obispo Luis Martín Barraza Beltrán impartió el tema: «Vida fraterna en comunidad», luego se dispusieron a celebrar la santa misa, la cual presidió el Pbro. Juan Manuel Trasfí Anaya.
La hermana y coordinadora de la vida consagrada femenina en la Diócesis de Torreón, Patricia Salas Aguilar, quien forma parte de la congregación Hermanas de la Providencia de GAP, comentó que los temas que se reflexionarán durante la jornada serán impartidos por el padre Gerardo Zatarain y por fray Jacobo Navarro, OFM.
«La meta de esta jornada es animar a las religiosas para que retomen el sentido de la vida consagrada y la importancia de transmitir a Cristo a las personas que nos rodean», comentó la entrevistada.
La hermana Patricia recalcó que Torreón es un lugar de fe, sin embargo los creyentes no tienen tiempo para evangelizar: «Como religiosas tenemos el reto de atraerlos, buscar el momento y espacio para evangelizarlos, y que con ello difundan la Palabra de Dios. Como religiosas debemos inspirarles confianza y hacerles saber que no están solos».
Por otra parte, la religiosa informó que en las próximas reuniones se abordará la fidelidad, carismas y santidad de la vida religiosa, temas que ayudarán a las consagradas a poder afrontar los problemas sociales por los que atraviesa el pueblo de Dios, y con ello poder ayudarles de forma integral y espiritual.
Padre Alfredo Rodríguez, nuevo asesor espiritual
El señor obispo Luis Martín Barraza Beltrán designó como nuevo asesor espiritual para la vida consagrada femenina al padre Alfredo Rodríguez Díaz, CSSR.
«Siempre, donde están los consagrados, los seminaristas, las religiosas y los religiosos, los jóvenes, hay alegría, siempre hay alegría. Es la alegría de la lozanía, es la alegría de seguir a Cristo; la alegría que nos da el Espíritu Santo, no la alegría del mundo. ¡Hay alegría!» (Papa Francisco, Alégrense, p. 40).