Religiosas y su aporte en la edificación de la Iglesia diocesana
BUENA NUEVA.- Actualmente la Diócesis de Torreón cuenta con 16 congregaciones de la vida consagrada femenina, sin embargo muy pocos conocen su historia, cuándo y cómo llegaron a Torreón, las situaciones por las que atravesaron al establecerse en esta Diócesis, así como el inmenso trabajo que hacen por evangelizar en cada rincón de la Comarca Lagunera.
A pesar de la importancia del trabajo que desempeñan las religiosas, su labor ha sido poco destacado y la feligresía en general conoce muy poco de ellas. Por este motivo, BUENA NUEVA hablará de las congregaciones que están en la Diócesis, ofreciendo algunos datos que pueden ayudar a conocer la importancia de la vida consagrada en el caminar de la Iglesia.
Orden de la Visitación de María
El 2 de septiembre de 1987, llegó a la ciudad de Torreón una comunidad de ocho hermanas de la Orden de la Visitación, provenientes del convento de León, Guanajuato. Así se fundaba el primer convento de vida contemplativa en la Diócesis de Torreón. Las religiosas fueron recibidas por el primer obispo de esta ciudad, don Fernando Romo Gutiérrez.
La primera casa conventual estuvo ubicada en la Col. Torreón Jardín, entre las calles Laguna Sur y Tulipanes. Fue el 17 de octubre de 1987 cuando se realizó la bendición de la casa que rentaron las religiosas. Tres años después adquirieron una casa en la colonia Centro, en la calle Valdez Carrillo, entre el bulevar Independencia y avenida Allende.
En 1992 adquieren un terreno en el bulevar Torreón-Matamoros. El 15 de agosto se llevó a cabo la colocación y bendición de la primera piedra de lo que es el actual convento. La bendición corrió a cargo del segundo obispo de Torreón, don Luis Morales Reyes. Al año siguiente, siendo la superiora la madre Celia De Anda, inició la construcción del convento.
Con algunas dificultades, pero con optimismo, dinamismo y trabajo intenso, respaldadas por el señor obispo y con la ayuda de bienhechores, se lograron grandes avances en la construcción de la nueva casa. Hubo dos años donde la edificación se tuvo que frenar por causas difíciles, pasado ese tiempo se prosiguió con la construcción hasta finalizar la primera etapa.
Fue en el año 2005 cuando se realizó la bendición del convento y una misa de acción de gracias que celebró el tercer obispo de Torreón, Mons. José Guadalupe Galván Galindo, junto con el obispo emérito don Fernando Romo. Posteriormente el convento contó con casa conventual, capilla y casa de retiros.
La vocación salesa o visitadina (como son conocidas las religiosas de esta congregación, pues su santos patronos son San Francisco de Sales, Santa Juana Frémyot de Chantal, en Annecy) implica un estilo de vida monástico y de clausura. Su espiritualidad se fundamenta en la humildad ante Dios y la dulzura para con el prójimo. Ambas virtudes se encuentran en la Caridad de Cristo y de María. Las Salesa deben renovar constantemente la actitud de María en el Misterio de la Visitación: servicio, humildad, dulzura, abandono y sencillez.
Actualmente, la congregación en la Diócesis de Torreón está conformada por ocho hermanas. Trabajan en la elaboración de hostias así como en la elaboración de distintos ornamentos. Hoy en día la hermana más joven de esta congregación cuenta con 33 años, mientras que la madre mayor cuenta con 90 años de edad. En los últimos 5 años no han tenido una sola vocación, sin embargo actualmente una persona está en proceso de aspirantado. La superiora local es la madre Maria Guadalupe López.
Así mismo, su convento funge como casa de retiros, la cual movimientos como el MFC, el grupo de Divorciados Vueltos a Casar, Encuentro Matrimonial Mundial, entre otros, utilizan para conocer mejor a Dios Padre.