Servir integralmente al hombre y a la mujer
Parroquia de Fátima cumplió 60 años
BUENA NUEVA.- Al sur oriente de Torreón, las colonias fueron creciendo con el acompañamiento de grandes industrias que, gracias a los asentamientos humanos, lograron posicionarse en la ciudad. Los obreros, organizados en sindicatos, fueron marcando su presencia como creyentes de Jesucristo influyendo para que los directivos de las empresas colaboraran en la construcción de templos.
El 1º de marzo de 1960 se erigió la Parroquia Nuestra Señora de Fátima, su territorio era atendido pastoralmente desde la Parroquia de Guadalupe. Su primer párroco fue el padre Salvador Bucio Arreola, quien al mismo tiempo era responsable de la catequesis a nivel diocesano.
El edificio que se acondicionó como primer templo, fue empleado por los habitantes de la colonia Metalúrgica como sindicato de trabajadores de Peñoles, después sirvió como club social para las familias de los obreros de la fundición y, cuando se erigió la parroquia, se remodeló y acondicionó para servir temporalmente como templo.
En el lapso de seis años se construyó un nuevo templo, una belleza arquitectónica de mediados de los sesenta con una capacidad para 500 personas. En sus inicios esta parroquia era de 15 mil personas que residían en las colonias: Metalúrgica, 1o de Mayo, Vicente Guerrero, Zacatecas y Braulio Fernández Aguirre. Atendían 61 catequistas de ambos sexos a mil 200 niños que organizaban de forma escolar. La Acción Católica de Damas atendía varios centros de madres de familia. El Movimiento Familiar Cristiano contaba entonces con cinco equipos parroquiales.
La juventud obrera católica se inició en la Diócesis de Torreón con sede en esta parroquia. El Movimiento de Cursillos de Cristiandad participó en la formación de la conciencia cristiana a través de retiros.
En los primeros años de esta comunidad parroquial también colaboraron los padres Aureliano Gómez y Julián Esquivel, cada uno durante dos años. En febrero de 1968 se nombró vicario cooperador al padre Juan Jiménez, quien, unido al primer párroco y los dos siguientes, atendieron lo que es actualmente parte de la Parroquia de Fátima, hoy Parroquia San Francisco de Asís, en la Col. 1º de Mayo.
El templo actual
Debido a factores como los movimientos sociales y políticos con líderes, que desde los años sesenta promovieron invasión de terrenos y paracaidismo, emigración, desarrollo y crecimiento de número de habitantes de la ciudad y necesidades de la empresa Peñoles, a principio de los años ochenta, desapareció poco a poco la Col. Metalúrgica y sus espacios actuales son hoy las colonias: Vicente Guerrero y Braulio Fernández Aguirre (donde se ubica hoy en día el templo parroquial), Santiago Ramírez, Lázaro Cárdenas, Ampliación Lázaro Cárdenas, Luisas, La Dalia y Luis Donaldo Colosio.
Al padre Salvador Bucio le sucedió como párroco el padre Patricio Aguirre. Después que él atendió la parroquia durante dos años, llegó el padre Manuel Aguirre, su hermano, como tercer párroco, quien atendió la comunidad de 1971 a agosto de 1986.
Concluido el trabajo pastoral del padre Manuel Aguirre, llegan los Misioneros Xaverianos a la Diócesis y se responsabilizan de la Parroquia de Fátima. Entonces se nombra como cuarto párroco al padre Franco Izzo, quien contó con el apoyo pastoral de los padres Danilo Boschetto Piazza y Eugenio Juárez.
En 1996 regresan los sacerdotes diocesanos a atender la parroquia. Quien recibió el templo fue el padre Jesús De la Torre, posteriormente fungió como párroco el padre Víctor Manuel Santacruz Polendo, quien vivió sus años de infancia y adolescencia en ese sector.
Los padres Misioneros Xaverianos, al dejar la parroquia, se quedaron en el área atendiendo un centro juvenil, el cual ha sido semillero de vocaciones sacerdotales y religiosas.
Con el primer párroco, la catequesis tuvo una presencia vigorosa, contando con la participación de las religiosas de la Pastoral Diocesana, con tal ayuda, varios grupos de laicos se instalaron en esta área.
En el periodo del padre Franco Izzo, se iniciaron las Comunidades Eclesiales de Base (CEBs) y éstas, en el periodo del padre Danilo Boschetto, se desarrollaron con mayor vigor.
En agosto de 2018 llegó un nuevo párroco a esta comunidad en la figura del padre Javier Bernal Hernández, quien ha dado continuación a los proyectos pastorales de los anteriores párrocos y ha reforzado la atención pastoral, así como la formación laical.
Actualmente los problemas sociales no son ajenos a las familias que habitan por esta parroquia. Pandillerismo, drogadicción, alcoholismo, familias disfuncionales, desempleo, son algunos de los problemas que se afrontan.
Sin embargo, existen familias creyentes y comprometidas que se integran a la pastoral de la parroquia o de los grupos existentes que tienen conciencia de su compromiso de la fe.
Fuente: Pbro. Jesús De la Torre y Pbro. Víctor Manuel Santacruz Polendo.