Trabajemos juntos por el bien común, dice el Papa
AREÓPAGO
Por Jesús De la Torre T., Pbro.
El domingo 3 de enero, dijo el Papa Francisco: «Como cristianos huimos de la mentalidad fatalista o mágica: sabemos que las cosas irán mejor en la medida en la que, con la ayuda de Dios, trabajemos juntos por el bien común, poniendo en el centro a los más débiles y desfavorecidos. No sabemos qué nos reservará el año 2021, pero aquello que cada uno de nosotros, y todos juntos, podemos hacer es esforzarnos un poco para cuidarnos unos de los otros y de la creación, nuestra Casa Común». Y de paso lamentó a quienes aprovechan estos días para vacaciones: «¿Esa gente no ha pensado en todos los que se quedan en casa?».
La humanidad ha nacido al año 2021 en medio de la crisis en la que nos tiene el COVID-19, aunque con la esperanza que dan las millones de vacunas que se van distribuyendo por todo el mundo, donde México ha sido país privilegiado, pero con tropezones como el espantajo que se difunde de que tal vacuna modificará el ADN, ¡y pensar que hay muchos que se la creen, a pesar de la débil argumentación! Pero para todo hay gente.
Al principiar el año, vale la pena pensar en los más débiles, que en gran medida, son indefensos, y ver por ellos, desde el trato familiar o íntimo, para informarles bien, como un apostolado, para que desde sus propios recursos personales vean por su seguridad, empleando lo que está a su alcance, con serenidad; no desesperarse de vivir, de la cura, o del trabajo, que a pesar del confinamiento, hay que salir a buscarlo, guardando las precauciones necesarias a las que invitan las autoridades sanitarias.
Al inicio del año nuevo, es hora de que le hagamos un campito a los débiles en nuestros pensamientos y cariños. Como estamos en campañas políticas, se escuchan mensajes partidistas que expresan odios y sectarismos. Así no se trabaja por el bien común. Es mejor que cada grupo muestre su mejor programa en bien de la comunidad. En buena doctrina política, se debe que los partidos políticos no se deben alimentar con bodegas de despensas para dar a posibles votantes. Los partidos políticos, entre otras atribuciones, deben ser escuelas de formación política. Se sabe que, a pesar de las leyes, los partidos encuentran las formas de ser muy dadivosos con los pobres, para conseguir votantes. Todo esto es un manejo secreto, pero que en serio, daña a los débiles, a la democracia y retrasa mucho la educación, y el bien común se estrella frente a la indiferencia social.