Una Iglesia misionera en medio de la crisis

Por: Cristian Iván Castañeda Silva, seminarista.  

BUENA NUEVA.- Vivimos tiempos complejos, esta pandemia (COVID-19) ha debilitado muchas de las estructuras sociales que son indispensables para el desarrollo social armónico, todo aquello que se había convertido en seguridad:  los empleos, la economía, los sistemas de salud pública, la educación, hoy se ve tambaleante, en crisis; si bien es cierto que como humanidad vamos en «la misma barca» (Papa Francisco), también es evidente que no todas las personas están viviendo esta cuarentena de forma llevadera: el desempleo, la pobreza, el hacinamiento, son algunas de las problemáticas más frecuentes, esto se convierte en un clamor constante de parte de aquellos que forman nuestras comunidades eclesiales. Escuchando con atención, han surgido algunas iniciativas para motivar a las personas de buena voluntad a ser solidarias con quienes más lo necesitan, llamándolas hoy a la misión de construir el Reino al compartir aquello que Dios generosamente ha puesto en nuestras manos. 

Este escenario nos ha de recordar que las parroquias: párrocos, diáconos y fieles laicos (entre ellos a nosotros seminaristas), debemos estar atentos a nuestra vocación y ser verdaderos puentes donde la transparencia, la solidaridad y la caridad nos lleven a conectar de forma justa la generosidad de tantos hermanos, para atender la carencia de muchísimos más. 

La comunidad de la Parroquia Resurrección del Señor en Concordia, presidida por el Pbro. Miguel Rubio, y colaborando con él el diácono Eduardo Luján y un servidor, seminarista Cristian Castañeda, hemos buscado la manera de caminar a la par de la comunidad exhortando a todos a la solidaridad con los menos favorecidos, como testigos del profundo amor que Dios nos tiene a través de su Providencia y que nos ha invitado a confiar en Él. 

Por medio de la colaboración de la misma comunidad y de un buen número de personas, se han armado despensas que contienen gran parte de la canasta básica con la finalidad de fortalecer nuestros lazos y ser Iglesia en salida desde casa para los hogares más necesitados de Concordia y sus comunidades. 

Alrededor de 150 canastas alimenticias, fruto de la caridad, serán repartidas entre las personas más necesitadas, empezando por aquellos ancianos que muchas veces se encuentran abandonados y sin fuerza para conseguir el sustento diario, así como a las familias que padecen el dolor del desempleo y están integradas por niños. Se buscará la forma de sostener esta obra hasta donde sea posible, confiando en que la Providencia de Dios no nos abandonará.