Una nueva oportunidad para trabajar con nuevos métodos y expresiones

Centro Saulo ha optimizado sus redes sociales

Por: Leoncio Manuel Silva Ceniceros, seminarista. 

BUENA NUEVA.- La enfermedad COVID-19 ha llenado las redes sociales y espacios digitales de contenidos tan variados como en la vida real, y las comunidades de nuestras parroquias se ven inmiscuidas en estos procesos. 

En medio de esto, y más que nunca, el Evangelio está presente en el Internet, como bien nos lo pedía el Papa Benedicto XVI hace 10 años en su exhortación apostólica Verbum Domini: “En el mundo de internet, que permite que millones y millones de imágenes aparezcan en un número incontable de pantallas de todo el mundo, deberá aparecer el rostro de Cristo y oírse su voz, porque si no hay lugar para Cristo, tampoco hay lugar para el hombre» (113).

La respuesta a esta situación de pandemia parece estar en línea con los deseos de los últimos Papas, que nos llaman a una Nueva Evangelización, con ardor, métodos y expresión renovados. Me alegra mucho ver a los sacerdotes buscando renovarse y atender como buenos pastores a sus fieles, llevándoles la Palabra de Dios y la fe por los medios que hoy nos dispone el continente del internet, incluso algunos sacerdotes ancianos o que no parecían muy afines de estos medios lo están haciendo, y lo hacen muy bien. 

En Centro Saulo, mediante el consejo general, vía WhatsApp y aplicaciones de videoconferencias grupales como Zoom, se están llevando a cabo las reuniones mensuales y a su vez cada grupo sigue teniendo sus reuniones semanales. Los jóvenes han optimizado las redes sociales y con sus diferentes carismas las han enriquecido.

La página oficial de Facebook de Centro Saulo, pasó de ser una página informativa de la agenda sacramental, a un portal donde se comunica la esperanza por medio de los mensajes de los sacerdotes. También se ha convertido en una especie de comunidad parroquial virtual. Ahí celebramos la misa como de costumbre todos los días por la mañana y por la tarde, mientras que los domingos nos congregamos en una sola celebración. 

Las comunidades se organizan internamente y comparten celebraciones de la Palabra, rezos del santo rosario y también se organizan para ayudar a aquellos miembros de sus grupos que pasan por dificultades económicas o emocionales por medio de llamadas telefónicas. 

Hoy nuestra manera de anunciar el Evangelio es por internet, esperamos pronto regresar al contacto físico y que, sin dejar el uno ni el otro, sigamos nuevos en ardor, métodos y expresión. 

La pandemia nos ha hecho conscientes de ser Iglesia de casa, nos ha hecho ver que donde dos o tres se reúnen, ahí está el Señor (Mt 18, 29). La pequeña comunidad de los sacerdotes y seminaristas que vivimos aquí intensificamos la oración y vida en comunidad, además hemos mantenido el acompañamiento telefónico o mediante videoconferencias a fieles en particular o comunidades enteras.

En medio de las dificultades, hemos descubierto que la comunidad se mantiene firme a pesar de la separación física, pues espiritualmente seguimos muy unidos. Este tiempo de dificultades ha sido propicio para entrar con más conciencia a la Nueva Evangelización, que sigue teniendo el mismo mensaje: Jesús, el que fue crucificado, ¡ha resucitado!

Que Dios nuestro Padre sostenga a todos los que desfallecen por angustia, miedo o incertidumbre, especialmente a aquellos que cuidan de nuestra salud, como miembros del personal médico, de enfermería y de limpieza de los hospitales, por quienes diariamente ofrecemos la misa, y que a todos nosotros nos reconforte con una fe firme y santamente puesta en la Vida Eterna, donde la única pandemia que existe es la del amor.