CODIPACS.- Hoy celebramos la Fiesta del Sagrado Corazón de Jesús, una solemnidad que nos invita a contemplar el amor infinito y misericordioso de Dios revelado en Cristo.
El Corazón de Jesús es símbolo del amor perfecto que busca, perdona y restaura. Las lecturas de hoy nos muestran diferentes dimensiones de este amor divino: un amor que cuida, que se entrega y que nos busca cuando estamos perdidos.
El profeta Ezequiel nos muestra a Dios como el buen pastor que cuida de su rebaño. Dios busca personalmente las ovejas dispersas, cura a las heridas y fortalece a las débiles. Es un Dios cercano que no se queda indiferente ante el sufrimiento de su pueblo.
Cristo murió por nosotros cuando todavía éramos pecadores. Ésta es la esencia del Sagrado Corazón: un amor que se da gratuitamente, que no espera nada a cambio y que se ofrece en sacrificio por nuestra salvación.
El Evangelio de hoy nos ofrece la parábola de la oveja perdida. Esta parábola refleja el Corazón de Jesús, que no se resigna a la pérdida de ninguno de nosotros. Él siempre sale a buscarnos, sin importar cuán lejos hayamos ido, porque el amor de Dios es inagotable y perseverante. Además, la alegría en el cielo por cada pecador que se convierte nos recuerda que el perdón y la reconciliación siempre están al alcance de todos.