CODIPACS.- La iglesia diocesana de Torreón está de luto. Falleció uno de los sacerdotes más queridos y populares de nuestra región. Los medios de comunicación locales, parroquias y sus capillas, grupos y movimientos diocesanos, desde ayer jueves 28 de agosto, han estado honrando la vida y memoria del padre Gerardo Zatarain García, quien, en el marco de la fiesta de san Agustín, partió a la Casa del Padre.
El padre Zatarain García, nació el 10 de mayo de 1952, en Torreón, Coahuila. Se caracterizó por su enorme sonrisa, su agradable sentido del humor y trato amable con las personas.
Su hogar estaba enclavado al poniente de la ciudad, concretamente en la Col. Victoria. Hijo de una familia sencilla y numerosa, el sacerdote comentó en su momento en una entrevista para el entonces Periódico Diocesano Buena Nueva, lo siguiente: «provengo de una familia muy acomodada… ¡porque nos acomodábamos 10 personas en un cuartito!», explicó entre risas.
Su padre, don Juan Zatarain, era un hombre perseverante, y su madre, la señora Vicenta García, una mujer piadosa. Juntos con mucho amor criaron a sus diez hijos (ocho mujeres y dos hombres).
El padre Zatarain ingresó al Seminario en 1962, para cursar en la Escuela Apostólica Roma, en Lagos de Moreno, Jalisco, el quinto año de primaria. Al concluir esta etapa regresó a Torreón en donde concluyó la secundaria y la preparatoria en el Instituto Francés de La Laguna.
Posteriormente hizo sus estudios filosóficos en el Seminario Regional del Norte, con sede en ciudad Juárez Chihuahua. Al concluir esta etapa hizo un año de magisterio en el Seminario Diocesano. Después comenzó a estudiar la Teología en el Seminario Regional del Norte de Chihuahua.
Para el presbítero fue una experiencia especial cursar la Teología, porque tuvo que estudiar y trabajar para costear sus gastos ya que el Seminario no les proporcionaba en ese entonces apoyo adicional, pero de cierta manera fue lo que le ayudó a crearse independencia y seguridad.
Aunque inició su curso no logró terminar, porque tomó la decisión de salirse del seminario «a buscar la inseguridad», según él mismo expresó para el periódico diocesano de Torreón.
Estuvo un año fuera del Seminario; como a cualquier joven llegaron a él las dudas y decidió estar completamente desligado de todo lo referente a la Iglesia, y se dedicó a trabajar en obras de ayudante de albañil y en algunos otros empleos.
Después de ese año, sintió que el Señor lo volvía a llamar e ingresó de nueva cuenta al Seminario, donde concluyó satisfactoriamente sus estudios.
El 23 de junio de 1981, en Torreón, fue ordenado diácono. Ese mismo año, el 22 de agosto, recibió el Sacramento del Orden Sacerdotal, de manos del primer obispo de Torreón, don Fernando Romo Gutiérrez.
Una vez ordenado, trabajó tres años en el Seminario Diocesano como responsable de la Pastoral Vocacional.
En el año de 1984, el Padre Castillo le pidió ir a la Capellanía de Jesús de Nazaret cuando aún era un tejaban de madera, lo que le permitió contribuir en la construcción del templo y de la casa parroquial. Fue el primer capellán y párroco de ese sector.
El 7 de octubre de 1990, le asignan la Parroquia de San Juan Bautista, en la Col. San Joaquín, donde nació su vocación, donde estaban sus raíces y donde durante su niñez fue acólito del padre Castillo; en esta parroquia duró casi 20 años.
El 30 de noviembre del 2009 le asignan la Catedral de Nuestra Señora del Carmen, donde permaneció casi 4 años. En el año 2013 es nombrado párroco de la Parroquia San José.
En febrero de 2021 recibe el nombramiento de párroco de la Parroquia de Todos los Santos, así mismo se le nombra capellán oficial del Club. Santos Laguna. En el año 2023 recibe el nombramiento de párroco de la Parroquia San Agustín; un año más tarde, en 2024 es nombrado vicario adscrito de esa iglesia, hasta su fallecimiento.
El padre Gerardo Zatarain luchó por su salud durante años. El 28 de agosto del presente año, fiesta de San Agustín, fue llamado a la presencia de Dios.
¡Gracias, padre Zatarain, porque usted fue para cientos de fieles un amigo, un hermano, un pastor y un gran ser humano! Descanse en paz, así sea.